reinventando lo tradicional

Era tradición en la zona que las viviendas aisladas situadas en áreas rurales fueran el resultado de la sucesión de distintos cuerpos y usos añadidos heterogéneamente al edificio original a lo largo del tiempo. También lo era la composición volumétrica simple, la cubierta inclinada a dos aguas, lo blanco…

Quizá ahora demos más importancia que antes a la interacción del edificio y su entorno, a la búsqueda de la luz y de las vistas para que formen parte de la vivienda… Pero sobre todo a la creación de espacios interiores que, aprovechando el potencial de todo lo anterior, generen sensaciones acogedoras e íntimas, acordes con la personalidad, el sentir y el deseo de sus habitantes.

La conjugación de dos tiempos y dos conceptos deriva en este edificio sencillo, compacto, cuyo interior respeta funcionalmente la configuración volumétrica exterior, que quiere conectar e integrar las distintas estancias para que habitar sea un ejercicio “único” de la casa, teniendo como invitados permanentes al sol y al paisaje.

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